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Carillas – El secreto tras la sornisa perfecta de muchos famosos

Seguramente os habrá llamado la atención la sonrisa tan blanca y perfecta que lucen los famosos en los photocalls de las alfombras rojas.

Estas sonrisas no son fruto de una privilegiada genética ni de un cuidado bucodental envidiable, sino más bien de una pieza artificial con la que los odontólogos venimos trabajando desde hace varios años y que denominamos “carillas”.

Son similares a las fundas, término con el que puede que estemos más familiarizados, pero, a diferencia de éstas, las carrillas solo cubren la parte frontal del diente (poniéndonos técnicos, la cara vestibular de una pieza).

Se emplean para mejorar la apariencia de los dientes: color, forma, posición. También permiten acabar con los dientes separados (diastema). Se colocan por razones puramente estéticas o para paliar el deterioro en el aspecto visual que pueden mostrar las piezas como consecuencia de enfermedades bucodentales como la piorrea, la periodontitis, etc. Importante destacar que las carillas contribuyen a mejorar el aspecto de los dientes, no curan ni mitigan la enfermedad causante de tal deterioro.

Existen dos tipos de carillas, atendiendo al material con el que se fabrican. Por un lado, se encuentran las de composite y, por el otro, las de porcelana.

Las primeras, las de composite, se colocan y dan forma aplicando capas de composite directamente sobre el diente del paciente cuya estética se quiere mejorar. Este material tiene la particularidad de que se endurece mediante polimerización con la aplicación de luz ultravioleta (mismo proceso que se da en un empaste u obturación).
El proceso de colocación es rápido y sencillo, permitiendo una fácil reparación en caso de rotura o deterioro o, incluso, permite su retirada por completo sin que los dientes sufran apenas alteración.
Su coste es más económico, aunque su vida útil también, al ser menos resistentes. Requieren de visitas periódicas al dentista para revisar y mantener adecuadamente.

Las segundas, las de porcelana, se fabrican a medida en un laboratorio protésico tras la toma de un molde de los dientes del paciente. Posteriormente, se colocan sobre la dentadura con un pegamento de alta resistencia.
El color y la apariencia se asemejan más al de una pieza natural, no se deterioran con el paso del tiempo al ser más resistentes, aunque por contra, también son más caras y la vuelta atrás, es decir su completa retirada, resulta algo más compleja que en el caso anterior.

Si usted está pensando en mejorar su estética dental, no dude en consultar a nuestros especialistas. Le brindaremos las mejores alternativas para sacarle el máximo partido a su sonrisa.

Nuria Guzmán Santa‐Cruz
Odontóloga Colegiada nº 33001470

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